Las puertas son un elemento que, además de una clara función técnica y distribuidora, también aporta un estilo muy determinado a las habitaciones.
¿qué tipo y estilo le va mejor a nuestra casa?
Estamos acostumbrados a que, cuando compramos una casa, las puertas sean una elección que no nos corresponde a nosotros, que ya viene impuesta. Eso a pesar de que son un elemento que, además de una clara función técnica y distribuidora, también aporta un estilo muy determinado a las habitaciones. Por eso, si tenemos la posibilidad de elegir los tipos de puerta de nuestro hogar, o vamos a llevar a cabo una reforma integral en casa, surgen los problemas: ¿qué tipo y estilo le va mejor a nuestra casa? Debemos tener en cuenta varios elementos, desde el material hasta el color, pasando por el tipo de puerta que más le va a cada habitación: ¿abatible, corredera o plegable?
Para que lo tengas más fácil a la hora de elegir, hemos buscado algunos ejemplos de puertas correderas que te ayudarán a valorar las ventajas e inconvenientes de instalar este tipo de puertas, y a descubrir qué formato es mejor para cada necesidad.
Puertas que ahorran espacio
La principal ventaja de una puerta corredera es conocida por todos: ahorra espacio. Por eso son la solución ideal para pequeños apartamentos o habitaciones poco extensas, que no pueden perder ni un centímetro cuadrado. En este dormitorio de Adela Cabré, una puerta abatible habría planteado una distribución totalmente diferente, puesto que la cama no habría podido ser instalada en ese lugar. Las puertas correderas son además mucho más discretas, ya que, en especial si son empotradas, desaparecen cuando estas permanecen abiertas.
Puertas que unen espacios
Otra de las ventajas de las puertas correderas es su capacidad de unir espacios, algo que es más complicado de hacer con las abatibles, incluso cuando estas son dobles. Al dejarlas abiertas, las puertas correderas unen los espacios, creando sensación de continuidad y dejando que la luminosidad fluya entre una y otra habitación. De la misma forma, cuando se necesita una mayor intimidad pueden cerrarse, aislando totalmente el espacio.
Es lo que ocurre en este salón que nos presentan los decoradores de interiores Standal S.A. que al abrir las puertas integra totalmente la cocina, creando un espacio diáfano y moderno que, sin embargo, puede volverse más discreto e íntimo con las puertas cerradas.
¿Empotradas o con guía exterior?
La solución más sencilla y económica a la hora de instalar unas puertas correderas es colocar una guía en la parte superior y exterior del tabique. No necesita obras, pero cuenta con una clara desventaja: el espacio de la pared que ocupará la puerta abierta queda inutilizado.
Las empotradas son más caras, pero quedan ocultas entre los tabiques cuando se abren, por lo que aprovechamos mejor el espacio. Sin embargo, su principal inconveniente es que, en caso de que se estropearan, habría que derribar el tabique para poder acceder a ellas. Además no se podrá taladrar la pared para colgar cuadros.
En esta fotografía de un proyecto de rehabilitación del estudio Mano Arquitectura vemos en detalle cómo funcionan estas puertas empotradas en el tabique. Tan discretas que casi parece que no existen.
¿Grandes o pequeñas?
Otro punto a tener en cuenta es si queremos una puerta doble o una sencilla. Las primeras son perfectas cuando queremos unir espacios, puesto que cuando están abiertas comunican las habitaciones que se convierten en un todo diáfano.
Las pequeñas se utilizan cuando el espacio es muy reducido y se quiere aprovechar al máximo.
¿Qué materiales usamos?
Además de ahorrar espacio, las puertas correderas son un elemento decorativo y por ese motivo, a la hora de elegir materiales y estilos, debemos tener en cuenta algo más que su funcionalidad. Con acabados en madera, pintados de blanco para que se camuflen a la perfección con la pared o, como en este proyecto que nos presenta la interiorista Ester Sánchez Lastra, de vidrio tostado, lo que le da un aire original y muy moderno a la estancia.
¿En qué habitación la instalamos?
Las puertas correderas son perfectas para casi todo tipo de estancias, aunque solemos encontrarlas separando habitaciones complementarias, como puede ser entre una cocina y un salón, entre un vestidor y un dormitorio o, como en el caso de esta casa en Girona que nos presenta Kit’s Interiorisme, para crear un acceso al cuarto de baño sin robar espacio al dormitorio.
Fuente: homify.es